El primer día de clases, todos los maestros de una escuela particular recibieron la siguiente nota del director:
Queridos maestros:
Soy un sobreviviente de un campo de concentración. Mis ojos llegaron a ver lo que ningún hombre debería contemplar.
Cámaras de gas construidas por ingenieros capaces y eficientes.
Niños envenenados por médicos experimentados y conocedores.
Recién nacidos asesinados por enfermeras bien adiestradas.
Mujeres y niños a quienes habían matado e incinerado jóvenes competentes egresados de la escuela secundaria y la universidad.
Por lo tanto, me muestro suspicaz cada vez que se me habla de lo que significa la educación para el hombre.
Por eso quiero hacerles la siguiente petición:
Ayuden a sus alumnos a volverse seres humanos. Sus esfuerzos no deben dirigirse a producir monstruos de gran sabiduría, sicópatas competentes, hombres instruídos y educados como Eichmann.
La lectura, la escritura y la aritmética son importantes solamente cuando pueden servir para hacer que nuestros niños sean más humanos.
Tomado de: Dr. Haim G. Ginott
Universidad de Nueva York
Edit. Pax-México 1974.
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